jueves, 25 de mayo de 2017

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Las cosas por su nombre

La subjetividad en el periodismo está de moda hoy más que nunca, los juicios de valor y las tomas de posición se convirtieron en moneda corriente en los medios de comunicación desde el momento en que éstos eligen qué enfoque darán a la información. Además, en el ejercicio del rol periodístico no se puede ser objetivo ya que cuando se comunica desde los diferentes géneros, se agrega una destacada dosis de subjetividad.
En los últimos años cobró verdadera importancia el rol del comunicador, que antes se ocupaba de informar las noticias y hoy en día es un activo protagonista. Cabe destacar que el advenimiento de las nuevas tecnologías facilitó la apertura mediática a nuevos sectores sociales y produjeron un quiebre en el obrar de los medios masivos a la hora de comunicar la información.
Ninguna información, por muy actual que sea, queda totalmente libre de las impregnaciones ideológicas o culturales del periodista. Tal y como expresó Eliseo Verón al afirmar que siempre habrá subjetividad porque se codifica el mensaje, se le da forma, debido a que hay una construcción afectiva, por lo tanto la información no es exacta ni objetiva porque las noticias son producto de un juicio.
Resulta interesante agregar la postura de Victoria Camps al afirma que la ilusión de objetividad desaparece cuando interviene la inevitable toma de posición, implicada en la decisión entre varios hechos que pueden ser convertidos en noticia: ¿Cuáles se cubren y cuáles se silencian? Al optar por un determinado hecho, viene un segundo paso: las fuentes que se consultaron: ¿Por qué esas y no otras?
Hoy más que nunca es visible la puja de multimedios que se disputan de una vereda a la otra "la verdad" de lo que ocurre en Argentina, más precisamente el enfrentamiento entre el Canal 13 y Canal 7 que se ve plasmado en el tratamiento que le da cada medio a una noticia particular. Sírvase de ejemplo la noticia del fallecimiento del Fiscal Nisman, en Canal 13 esta noticia se trasmitió de forma que se “demonizó” la imagen del Gobierno de ese entonces y por el contrario, la TV Publica eligió desacreditar la terea del Fiscal. Este es un claro ejemplo para demostrar que no existe una única verdad en lo que se expone como noticia y la objetividad no existe y se hace una exhaustiva selección de qué se muestra y qué no.
Según Miguel Ángel Bastenier, periodista de El País de España y autor del libro “El Blanco Móvil”, la objetividad no existe y no hace ninguna falta que exista, porque si fuera así todos los diarios, al menos los que cumplen con sus objetivos profesionales darían siempre la misma versión de los hechos.
La noticia es la reconstrucción de un hecho de interés público, cada periodista interpreta los hechos de acuerdo a sus considerandos personales. El mismo hecho, observado por distintos periodistas, recibe tratamientos y versiones diferentes y, además, en las sucesivas ediciones de un periódico o en las emisiones de un noticiero, tiene que ser complementado, corregido, aclarado o rectificado, hasta el punto de que el periodista llega a contemplar las suyas como verdades provisionales.
Los medios ganarían credibilidad y añadirían valor a su labor periodística si en lugar de intentar presentar su lectura como una visión absolutista de la realidad, expresaran abiertamente su posición subjetiva -que como se explicó es el único tipo de visión que los individuos pueden tener-, y presentaran la realidad desde esta posición.

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