Hace no muchos días fui de compras a una casa de danza de renombre en Buenos Aires, y allí como es habitual había estudiantes y profesionales del ballet comprando accesorios, etc. Y al primer vistazo me sentí, en primera instancia muy feliz.
Y se lo debo a la gran innovación que atravesó la danza en general, pero mas precisamente el ballet. Como todos sabemos y estamos acostumbrados a ver bailarinas extremadamente delgadas. Si bien siempre fue una tendencia mantener una estética predeterminada para esta disciplina, el canon impuesto por los eruditos de la materia y los grandes directores sigue siendo motivo de conversación y criticas. Me agrada ver que hay bailarinas (y estudios de danza) que ya no promueven la extrema delgadez. No hace falta ir muy atrás en el tiempo para recordar la emblemática y polémica frase de George Ballanchine hacia una de sus bailarinas: "Quiero verte en los huesos".
Se oye escalofriante, pero siempre ha sido así, aun en compañías como en Ballet Mariinsky, de San Petesburgo privilegian las figuras largas y con pequeñas curvan casi imperceptibles en sus bailarinas. Basta recordar algunos casos en su haber como Yulia Stepanova, quien posee una figura femenina mas voluptuosa que el resto de las bailarinas de la compañía.
O tal vez sirva poner como ejemplo al Ballet Bolshoi, que tiene como primera bailarina a Svetlana Zakharova, modelo perfecto de la extrema delgadez. Y como olvidar a la sufrida estudiante de la Academia de Ballet de Perm, protagonista del documental "A beautiful tragedy", Oxana Skorik, hoy primera solista del Ballet Kirov. En fin son muchos casos en los que como vemos, las grandes y reconocidas academias de ballet y danza ponderan canones estéticos de exagerada delgadez.
0 Comments:
Publicar un comentario