Debemos confiar siempre en nuestras propias convicciones, al tener seguridad interior, nada habrá de salir mal. Solo es necesaria la confianza en el propio camino, para poder emprenderlo con fe y aferrarse a los ideales sin dudar.
Oponiendo férrea resistencia a los vientos del azar que pudieran hacernos dudar del futuro verdadero. Siempre la vida nos recompensa, nos trae momentos en los que aprendemos. El universo sabrá como enviarnos lo que soñamos, en su momento. Pero siempre responde a nuestro llamado.
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