Llegando al final de este 2024 es inevitable mirar un poquito para tras, todo lo transcurrido, lo aprendido y lo superado.
Si, 2024 fue un año desafiante en todo sentido. Creo que aprendí muchísimo, de las personas, del significado de los sentimientos y los lazos, las promesas y la palabra.
A pesar de haber sido un año difícil y con muchos cambios, las enseñanzas que obtuve son significativas. 2024 fue y es un año de quiebre.
Quiebre conmigo misma, con algunas personas que formaban parte de mi vida y hoy ya no, también con ciertas estructuras y con los sentimientos.
Creo que mas allá de esos quiebres, lo aprendido queda en uno para siempre. Para enseñarnos como fueron y serán esas vivencias. Dejan una huella incalculable en uno mismo.
Sin embargo, este 2024 tuvo muchísimas cosas buenas también.
Me quedo con el gran aprendizaje que adquirí, eso me hace un poco mas sabia.
A no dar nada por sentado.
Las relaciones con familia, amigos siempre deben nutrirse diariamente. Encontrar momentos de intercambio y preocupación por el otro.
Y entender también que debe haber siempre interés mutuo.
El lugar es donde elijas estar, hoy y siempre. No te quedes nunca donde no sos valorado y querido. No debemos forzar aquellas cosas que están destinadas a seguir su curso.
Un gracias eterno a este 2024 que trajo muchas experiencias nuevas a mi vida, para enseñarme y fortalecerme a mi misma.
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