En el presente artículo se toma como punto de partida una serie de entrevistas realizadas a la ex presidente Cristina Fernández, en las que se refiere al poder de los medios de comunicación así como a la labor de Giovanni Sartori, autor del libro “Homo Videns”. En su trabajo hace mención a la capacidad de influencia que tiene la televisión sobre la sociedad actual, condenando a los niños que miran demasiada televisión con un estilo un tanto euro centrista.
El autor del artículo describe la presencia de la televisión en nuestra vida diaria y su poder para condicionar nuestras decisiones. Se refiere a ella como a una “niñera” que interactúa en los jóvenes como un espacio educativo y de programación, llamándola “Sociedad de Incultura”.
Santiago Gómez explica como lentamente se perdieron las costumbres culturales para aferrarse a una caja cuadrada que evoluciona y se reinventa rápidamente pero que no permite que nosotros lo hagamos a la par. Además, el autor pone la lupa sobre como los niños, aun sin carácter formado y altamente influenciables, se convertirán en las principales víctimas de las nuevas costumbres que se generan en la era tecnológica.
Para adentrarnos en este texto debemos contextualizarnos en las últimas décadas, donde varios de los medios de comunicación que se sostienen en formato web en la Argentina nacieron como resistencia al neoliberalismo durante los años ’90 o con posterioridad a 2001, y son parte del auge de luchas y debates que se dan a nivel nacional y que se fortalecieron trás la crisis de diciembre de ese mismo año. Estos medios aparecieron ligados a los pensamientos, visiones, formas organizativas y políticas del momento y uno de sus objetivos fue caminar junto con las organizaciones sociales, políticas, sindicales, estudiantiles y culturales.
Es preciso entender que cada país es diverso, y retomar la teoría de la dependencia que de denota claramente que las comunicaciones se limitan a Europa junto a su visión de poder, el autor Antonio Pasquali en su texto "El poder reina" intenta desmitificar a los países del primer mundo como dueños de la información, proponiendo que cada país pueda planificar su propia política de comunicación nacional.
Margarita Graziano en su texto pone de manifiesto la intención de delimitar conceptualmente expresiones que se han usado sin distinción: comunicación alternativa, comunicación participativa, comunicación horizontal, entre otras. En ese sentido, se propone observar las implicaciones existentes, y llegar a la reflexión de lo que a nuestro criterio debería entenderse por comunicación alternativa, y acerca de cuál es su verdadero lugar e implementación, así como su desempeño en la sociedad. Con relación a los conceptos de comunicación horizontal y participativa, plantea que ambos son equiparables en su intento de buscar una suerte de versatilidad en la relación emisor-receptor y en su preocupación por instrumentalizar la nueva relación así surgida en procesos comunicacionales con fines distintos a los propuestos por los medios masivos.
Es interesante que el Estado entienda el rol de responsabilidad que conlleva ser garante para promover la libre expresión, prestando especial atención a cualquier intento de volverse elitistas, privilegiando solo el acceso a poderes económicos, políticos y sociales.
Graziano está estrechamente relacionada al texto base porque se delinean claramente los dos principios que propone para democratizar la comunicación, garantizando el acceso, mediante el derecho de antena para escuchar más voces, y la participación, que permite incluirse y pluralizar los contenidos.
Para Antonio Pasquali, el individuo va desarrollándose como un ser social con la capacidad de comunicación interactiva, tomándola como un instrumento para hacer visible la presencia de ese “otro”. Entonces podemos afirmar que la comunicación según Pasquali, es entendida como bidireccional, es decir, que quien recibe también emite y viceversa. El autor retoma la idea de “ley de bivalencia”, el proceso en que todo receptor es emisor y todo emisor es receptor, esto ocurre cuando hay una estructura dialógica.
Además al referirse a la noción de “servicio” lo hace exponiendo que la sociedad es el financiador incentivando intereses colectivos, y no un solo poder representando intereses particulares. Sin embargo en la práctica la manipulación llevada a cabo por los poderes de turno oscurece el servicio público, cuando en la teoría al identificarse el emisor y receptor en un mismo usuario debería dejarlo libre de manipulación.
Más adelante en el texto, se hace mención a “nuestros valores intelectuales latinoamericanos” refiriéndose a Zafaron o Garcia Linera, individuos que han alcanzado altos rangos en el Estado.
Para esto es necesario definir conceptos como Estado, gobierno, nación y finalmente el de políticas públicas, entendiéndose este último como el conjunto de decisiones que efectúa el gobierno para garantizar una mejor calidad de vida a la sociedad. En tanto que el Gobierno es un poder o conducción que concentra el poder político, asimismo, la nación es el conjunto de vínculos y costumbres que no necesariamente tiene territorio, siendo el estado quien organiza la nación.
Para Guillermo Mastrini, la noción de servicio público en Europa es diferente a la que tenemos vigente en Latinoamérica. A partir de hechos como la Revolución Francesa el Estado puso sobre sus espaldas la labor de garantizar el acceso a ciertos servicios para los ciudadanos. Pero el surgimiento de un modelo público de radiodifusión ayudo a legitimar la utopía de que las estructuras mediáticas no sólo deberían regirse por criterios e intereses del mercado.
En el texto se hace referencia a que Sartori repudia lo popular, por ser individualista, su lógica colonialista y euro centrista, sin analizar el alcance de los medios. Si como se menciona, la democracia es un gobierno de opinión, en estas circunstancias será un gobierno nefasto y sin base ninguna puesto que los ciudadanos no es que no estén informados, sino que están mal informados o desinformados. Un error frecuente es creer que la información y el conocimiento son una misma cosa.
Podemos incluir la concepción de Aldea Global donde la homogeneización resulta culturalmente regresiva y la dualidad global o local se mueve únicamente por interés personal en donde impera el localismo. En consecuencia, el pensamiento humano ha dejado de ser analítico, estructurado, secuencial, referencial, para convertirse en un pensamiento genérico y sin orden o lógica.
Cabe destacar que la influencia de la televisión en nuestra vida es tal por el inmensurable poder que los poderes políticos le conceden, haciendo posible ejercer la hegemonía. Si nuestras leyes les prohíben a los medios emitir noticias falsas, entonces nuestra legislación les concede el poder de mentir por omisión, censurando y seleccionando las noticias que se adecuen al poder de turno. No obstante, siempre existirá un poder, grupo o individuo que intentará dominar o manipular a las masas.
Por otra parte, el concepto de ciudadania que propuso Rosa Maria Alfaro en su escrito “Comunicación y Ciudadanía”, refiere a que ser Ciudadano no solo es formar parte de una sociedad en la que los derechos que cada individuo posee debe ser antepuesto a las obligaciones que tambiene vienen con esa resposibilidad.
Esto nos invita a pensar en que tipo de sociedad vivimos, y elegimos vivir. Desde las decisiones que tomamos, hasta como actuamos y nos desarrollamos en ella; sin dejar de mencionar la influencia que decidimos otorgarle a los medios de comunicacion. Sirvase de ejemplo los recientes discursos en cadena nacional de la ex presidente Cristina Fernandez, en los que acapara la atencion del pueblo argentino durante periodos prolongados de tiempo, ocupando la franja central de la programación.
Otro ejemplo reciente que aconteció en los principales canales de televisión nacional, con el regreso de Susana Gimenez a Telefe otros programas se vieron afectados en cuanto a raiting y audiencia por este motivo. En tanto que en otros canales se presentó Cristina Fernandez en una entrevista con el Canal C5N, en Canal 13 se emitio el programa "Periodismo para todos" de Jorge Lanata, sin embargo la apertura de ciclo de Susana Gimenez fue el programa más visto.
Esto denota la elección de la mayoria al optar por un contenido superfluo por sobre lo político y/o económico, como sociedad se elige que se quiere escuchar y ver.
Si realmente el derecho a la información, es un derecho del pueblo: ¿Por qué permanecemos atados a una agenda mediática que solo prioriza los intereses de los grandes grupos multimediales por sobre los de la sociedad? ¿Acaso como individuos no merecemos más que participar en las notas de color? Tal vez en algún momento nuestra sociedad en conjunto con los poderes reinantes sean capaces de unirse para impulsar y promover la democratización de los medios, la palabra y el lenguaje.
BIBLIOGRAFíA:
Pasquali, A., El orden reina. Escritos sobre las comunicaciones. Monte Ávila Editores, Caracas. 1991.
Graziano, M. Política o Ley: Debate sobre el debate. Revista “Espacios”, Facultad de Filosofía y Letras, UBA, .1988.
Mastrini, G. Medios Públicos y derecho a la comunicación. Revista Herramienta N 47 Medios y comunicación.
Texto utilizado:
http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-242127-2014-03-19.html