Cuantas veces barajamos a la suerte el mañana y nos sorprende la predestinación. Vamos hacia el futuro seguros de que la luz prospera del Sol nos guiara cuando no sepamos hacia donde ir. Y miles de caminos que tomamos creyendo que serán desafíos del mañana y sin embargo no nos atrevemos a sortear las olas de lo nuevo.
Tantas veces esperamos por largo tiempo que llegue aquello que soñamos, ponemos empeño y damos lo mejor. Y es tanto lo que invertimos en ese deseo, que en ocasiones, si no esta bien matizado se esfuma. ¿Es la idealización misma la que predispone como será el producto terminado? O ¿Condiciona la idea de realización?
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