Eres como la lluvia que se disipa entre los dedos, y alumbras como el Sol entre las nubes, impetuoso, vuelas como el viento. Surcas el cielo con tu magia y atraviesas el Universo hasta llegar a la Vía Láctea. Me coronaste reina de tu paraíso y me adoras como diosa de tu amor, yo te regalo la luz de mi luna y te salpico las estrellas de mis ojos para que seas el hombre que siempre reclame mis suspiros. En este o en otro mundo, tu eres quien fue predicho para mi, permanece escrito en el libro divino. Tienes el carisma de cautivar todo mi mundo.
Camino a la vanguardia por la ruta de tu amor, y despliego mi magia a lo largo y a lo ancho de tu corazón. Clavo mi bandera en tu pecho y te declaro por ley mio. Y de entre los mil caminos de tu mente, me escabulliré para que sueñes conmigo. Porque formas parte de mi mar interior y te adueñaste de mi oasis. Contigo en el Olimpo o en El Dorado existe la Tierra Prometida. En el confín de la galaxia vives para enamorarme día a día.
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