¿Escuchas el viento soplando en tu hombro? Llevándose aquello que reservo tu corazón, sabes que siempre un mañana guardara el destino. Una sonrisa, y la fuerte ambición del después. Nos despoja de los pensamientos nebulosos, como las nubes flotando entre si. Así como esta noble certeza de que podrás seguir adelante, girando en libertad. Te duermes en la incertidumbre, pero no comprendes el obrar de la vida. Los lejanos vaivenes de la flor, que nos entrelaza, y que teje a nuestro lazo de confianza.
¿Seguirás pensando que las marejada nos traerá a casa? O tal vez, esperas una campanada que te guié, por el camino que anhelas fervientemente, y mientras las estrellas te contaran miles de historias, seguirás mirando al horizonte. Dale al mundo tu propio color, ¿Es la gloria lo que buscas? Tómala, allí yace en la cresta.
Úsala bien, pues muchos valientes guerreros se adueñaron pero sus nombres se han perdido en el confín del espacio. Pero, si aguardas a que el destino señale tu camino, la luz del mañana vendrá a confortar tu cálida alma de guerrero formidable.
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