Ejecutar el plan de la vida a través del amor, hasta llegar a la felicidad carmesí profundo. Forjar una perfecta estrategia con un margen de error casi imperceptible, para volver a cultivar las raíces de estos sueños que permanecen sellados pero, anhelan fluir al mar del pensadero.
Erase en el campo de batalla un rombo plateado, con un pergamino. Este invita a los presentes a llevar a cabo una gran tarea. Desencadenar las ilusiones para que libres vuelen al fin, y sellar por toda la eternidad los pensamientos que no llevan a ningún lugar. Hecho esto, la meta carmesí de nuestro plano, ya comenzó a entrelazar nuestras vidas.
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